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jueves, 26 de julio de 2012

El mecanismo

Clink, clack, clink, clooock, raat, raat, puf… puf….puf… 
Ese es el sonido.
El sonido.
La mochila en movimiento.
En movimiento.
Plaf, plaf, ploof.., plaf, plaf ,plaf.., pluf, pluf, plaf, plaf…
He ahí las huellas surcando veredas.
Unas veces acompasadas, otras no tanto.
Pisadas firmes.
Pisadas cansadas.
Pisadas.
Abf... fff… abbfff… fffuu…abf…fff….abf….ffff….
¡Uff!
Respiro.
Aire.
Oxigeno.
Aliento.
El engranaje está en marcha, parece que todo está correctamente.
A poco más de 24 horas, el cuerpo se prepara, está listo para intentarlo.
¿Y la mente? ¿Está preparada?
Surgen las dudas: la conciencia sabe que no he entrenado lo suficiente. No tengo volumen de entreno, lo sé.
Lo sé.
Han sido muchas las molestias pasadas que han restado mucha carrera y una vocecita me lo recuerda constantemente…
Nervios, nervios…
Ya no como, no bebo, casi no respiro…
Me ahogo…

Cierro los ojos, lleno mis pulmones de aire, estiro mi cuerpo y suelto poco a poco.
Es normal.., tranquila, tranquila…

La aventura será genial dure lo que dure.
Ya estoy en la línea de salida.
Tras el primer paso, después de la primera zancada…
La historia será otra….




1 comentario :

  1. Jeje esto siempre me pasa antes de las carreras y incluso antes de los entrenos exigentes. La mente nunca esta contenta pero la voluntad la puede ganar en el momento duro.

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