Modificamos plan

Hace unos meses, cuando de un instante para otro, mi concepción de la carrera por montaña cambió, mi cuerpo y mi mente se adaptaron a la extraña circunstancia de poder avanzar corriendo mientras dijese que sí.

Si quiero y estoy preparada para ello, entonces, lo consigo.

Una vez dado este paso, casi sin quererlo, llegué a cimas nunca coronadas de igual forma: exprimiéndome hasta el último gramo de fuerza.

Fue como llegar a poder controlar mi vida de tal forma que ya nada ni nadie pudiese modificar lo que me propusiese.

Yo mando. Yo hago.

...

Y me invitaron a soñar. Y yo acepté.

Sabía que era una oportunidad única.

Han pasado tres meses desde el comienzo del sueño y faltan poco más de cinco para hacerlo realidad.., si cabe...

Hoy me he reunido con mi gurú para replantearme muchas cosas...

Voy demasiado justa de tiempo para poder preparar el entreno con  alguna posibilidad de éxito...

Las lesiones no me respetan demasiado y, a pesar de ser leves, me frenan constantemente...

El jefe me ha dejado claro varias cosas:

Sinceramente estoy muy mal de tiempo.

Mi asimilación de la carga es demasiado lenta.

Mi falta de flexibilidad me repercutirá negativamente en cada uno de mis intentos por mejorar.

La no técnica en el patín traerá sus consecuencias tarde o temprano...

Hay tanto por hacer que debería asustarme.

Y en realidad lo hago. Me muero de miedo, de incertidumbre.

Pero todo ello me servirá para negarme a rendirme.

No sin intentarlo con todo mi coraje.

Y si justo antes de coger el avión, me rompo, resbalo o..,lo que sea que me haga parar.., pararé.

Yo estaré tranquila de todas formas.

Tengo claro lo que es importante en este reto: intentarlo.

El viaje de medio año para hacerlo está siento una gran aventura.

Y a mi, eso me sobra para estar feliz.

Feliz por soñar.

A partir de mañana, de nuevo, modificación del plan de entrenamiento.

Esperemos que mi cuerpo aguante.

Mi mente sueña...

Mi cuerpo entrena, sufre, asimila...