Acercarse a un objetivo tras tantos meses de esfuerzo físico y emocional es tremendamente embriagador.
Tanto, que pierdo la noción de mi posición física en este planeta e incluso mi fuerza interior, la que realmente me ha traído hasta aquí, se desorienta.
Tras la madrugada de ayer, donde mi compañero de reto me despertó en la madrugada comunicándome un error incomprensible que habíamos cometido los dos en la fecha de inicio de la Border to Border, todo se ha precipitado.
Nos vamos en menos de una semana.
Volaremos el 8 de marzo hacia Helsinki para llegar a Kuusamo (punto de partida del reto) al día siguiente en tren.
A esquiar atravesando Finlandia de lado a lado comenzaremos el 10 y no el 16.., como habíamos previsto.
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Tras el susto inicial y el recapitular coincidencias que, afortunadamente, han sido todas beneficiosas para este cambio, llegaron las risas (nos hemos reído durante todo el día de nuestro error), y más tarde la concentración y el reajuste de planes.
¿Se imaginan que hubiésemos llegado y la prueba ya hubiese finalizado?
¡Menuda cara se nos habría quedado!
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Me gustan los detalles en mi periplo por la vida. Son los que realmente hacen que todo sea mucho más vital y emocionante.
Este error de interpretación y de vista (espero que la edad no haya tenido nada que ver...), lo recordaré con una sonrisa en mi rostro. Eso sí, una sonrisa helada en un principio...
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En breve toca esquiar de verdad.
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Estoy muy asustada en una semana un poco complicada anímicamente, donde la finalización del entreno de la temporada, ciertas molestias en varios puntos de una pierna y mi movimiento fuera de mi hogar por temas de esquí y laborales, han hecho que mi fuerza se haya visto mermada.
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Respiraré.
Me meteré en una burbuja para concentrarme e intentaré recuperar mi estado habitual en breve.
La ilusión ha movido mis piernas hasta el momento.
Ahora tendrá que mover también....mi corazón.
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