Tarde día 4 y Día 5

·         Distancia: 23 kms ( Total día 4= 50 kms). 35 kms día 5.

·         Isla: Fuerteventura.

·         Recorrido: Tuineje- La Pared-Morro Jable pasando por Cofete.

·         Lesiones: Si.

·         Molestias: Sí..

·         Carga en espalda: Han vaciado parte de mi mochila porque a la lesión no le viene nada bien el peso. 5 kg.

·         Descripción del recorrido en un adjetivo: Uff, complicado.

·         Anotaciones: Es difícil explicarles lo vivido estos dos últimos días ya que mi cuerpo y mente han experimentado tantas cosas que ya ni me acuerdo… No quiero ni recordarlo. Ahora estoy sentada en un pasillo del barco de Armas semimuerta, con un poco de fiebre supongo, ya que tengo escalofríos, con los tobillos deformados totalmente y sin saber qué contarles. Dos días planteándome abandonar por el dolor constante, muy agudo por tramos y donde las lágrimas surcaban mi polvorienta cara dejando el rastro de lo vivido. Tras una llegada nocturna a la zona de La Pared comunico al grupo que si mañana mis tobillos continúan así abandono. Silencio en el campamento. Me duermo derrotada, hundida, y desahogándome bajo el saco y la funda vivac. Escondida en mi castillo. Solo yo. Hoy no miro el firmamento ya que todo está nublado. Tras las primeras luces de la mañana y todavía en el saco, muevo los pies y parece que tengo movilidad, por lo menos más que hace unas horas pero cuando los veo… decido que no puedo seguir. Tengo que tratarlos, me voy. Justo antes de partir, con la mochila preparada para no volver…, el grupo decide esperar al diagnóstico del médico. No se mueven. No se van sin mí. Sólo si me recomiendan reposo y no me dejan continuar, ellos se irán. Alma de equipo, grandes amigos. Gracias. Tras un pinchazo por reacción alérgica, seguimos. El recorrido es espectacular, difícil, duro…  Arena blanda, acantilados muy técnicos donde los cadáveres de ganado enriscado nos avisan que no hay opción al tropezón, kilómetros y kilómetros de arena, montaña, desnivel…No paramos para nada, a nuestro ritmo, el ritmo de mis tobillos, no nos podemos permitir ir rápido. El barco nos espera. Ahora, mientras viajamos rumbo a Gran Canaria, y me han vuelto a pinchar, seguimos pensando en continuar tras la cena y buscar sitio donde dormir fuera de la capital. El día no ha terminado. Mis dolores tampoco. En el puerto me espera un médico para examinarme. Ella dirá qué tengo, ya que los antiestamínicos y corticoides no hacen efecto. Barajamos una posibilidad que ya les contaré.

·         Un secreto: La dureza del camino la mide cada uno como lo vea conveniente. Yo, a pesar de lo sufrido (y lo que me queda), me es imposible. El paisaje y el sentir por lo que hago, hace que mis dolores sean parte de un todo pero, jamás, han pasado a serlo todo. En ese momento pararé. No he llegado a mi límite, pero ha estado cerca. Sigo soñando.