El sofá no es mi nido..., y la
tele no es mi entretenimiento, ni mi relax.
Pero de todas formas les contaré
cual es mi serie preferida y tendrán que
adivinar el título.
Será un juego y al final de
estas líneas seguro, seguro… que acertarán…
La protagonista se llama Susan..,
intenta llevar su vida lo mejor posible.., es tenaz y duda, duda mucho, a todas
horas… Tiene una hija (creo recordar) que la controla.., más ella a
la madre, que la madre a ella…
Y ese detalle la hace vulnerable porque Susan
siente por momentos que le falta aire, que se ahoga.., y ésto la hace mucho más
frágil todavía.., ya que piensa que le resta horas a la educación de su hija
cuando está viviendo su vida de mujer
(no madre).
Y cuando la casa está
apagada, en silencio y las estrellas allá afuera resplandecen para los ojos
receptivos, se pregunta: ¿da lo
suficiente? …
Grabielle.., Grabielle.., pequeña
mujer grandiosa por su energía, que se revuelve cuando la vida se le tuerce. Grita en un mundo de hombres porque ella es la
que manda y eso la hace inaccesible.., porque la temen…
Nadie sabe que cuando
está en casa, sola con sus pensamientos y análisis, es dulce y reflexiva… Quiere mejorar, quiere ser perfecta, suda kilómetros de carretera y agua para
dejar atrás gritos no dados. Y cuando fija un objetivo, sus ojos desprenden una
luz inusual, ella mide la distancia, hace cálculos y dibuja los trazos para
conseguirlo...
Y todas las noches se hace el mismo examen y la misma pregunta:
¿soy lo suficientemente buena en todo? …
Lynette.., grandísima mujer ocupada…
Tres hijos, un marido, dos gatos, no sé cuántas mascotas más y dos grandes
tortugas correteando por la casa.
Deportista de hierro, la potencia hecha mujer
que prepara mochilas, desayunos, uniformes y un sinfín de quehaceres más que
la hacen rápida, tan rápida que terminas acelerando la charla con ella,
intentando decirle todo lo que tienes que contarle en el menor tiempo posible,
como si un cronómetro la guiase…y terminase guiando a quienes se cruzan por su
camino.
Al anochecer, ella recoge la cocina, relajada, pensando en el día
siguiente y pensando… ¿he hecho todo lo que me había planteado la noche
anterior?, ¿qué no he hecho?...
Ricardo , Doug y James los chicos
de la serie.., pequeños sufridores y grandes admiradores de sus esposas. Ellos
también dudan. Esas chicas tienen
fuertes convicciones y no es fácil convivir con tanta exigencia personal…
Ellos
son los pilares fundamentales en el sustento emocional de la casa, sin ellos..,
las esposas estarían perdidas…
Qué difícil se hace vivir una
vida que quieres en un mundo con las carreteras tan asfaltadas y las señales
tan marcadas..
Cuando te sales del camino porque
te apetece.., lo que te encuentras no siempre es fácil de llevar, y cuando
vives en una comunidad.., se hace mucho más complicado.
Explicarle al planeta que Susan es
así porque sí, y que los demás personajes son la prueba de que el mundo merece
la pena disfrutarlo, sin tantos prejuicios y tantas trabas sociales... es
difícil.
¿Saben de qué serie les estoy
hablando?
Este fin de semana vi tres
capítulos.
Me fui de acampada, me relajé, y
observé…
Observé a Susan , Grabielle y
Lynette, sentadas en la arena, al atardecer, admirando una montaña que por
momentos se volvía roja.., naranja..,
amarilla.., para finalmente convertirse en sombra.
Se reían de sus exigencias, de
sus ajetreadas vidas, de sus hijos, sus entrenos y sus nuevos retos…
¿Se las imaginan?
Mujeres desesperadas en un mundo
hecho para mujeres tranquilas…
Mujeres tranquilas…
Me gusta esta serie.
Me gusta…
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