Esquiar sabiendo que el riesgo de no llegar es tan grande como la
decisión que tomé hace unos meses de haber comenzado con todo este reto loco.
Loco reto…
En cinco días estaré probando mi no técnica de esquí de fondo en
tierras andorranas para darme cuenta, de una vez por todas, que este sueño deportivo es un esfuerzo que me
dejará… helada.
Estoy muy nerviosa.
No veo el momento de calzarme las botas y engancharme a unos esquís...
La ignorancia absoluta me desconcierta y necesito pisar la nieve para poder llorar, gritar y reírme a
gusto, para disgusto mío, ja, ja,ja.
Vamos allá con la intención de aprender en cinco días lo que el resto
de participantes en la Border to Border han logrado en años…
Y yo, una montañera que vive a 15 metros sobre el nivel del mar,
esquiaré junto a ellos sin tener experiencia alguna y me comeré la nieve a
deslices de esquís (o esa es la intención).
No hay más.
Sin trampa ni cartón.
Esa seré yo en Finlandia.
Disfraz de esquiadora.
Corazón de soñadora.
Sonrisa nerviosa ahora.
Risa incontrolable después.
Pero, aún así, mi rostro tendrá dibujado la curva de la felicidad.
Lo dirá mi cara.
Lo expresará mi alma.
Esto es lo que quiero.
He luchado por ello.
Nieve, allá voy.
Tendrás compañía extraña en breve.
Quizás no te guste como marque huella sobre ti.
Pero prometo tener cuidado y aprenderé
lo más rápido posible.
Deseo deslizarme.., sin causar estragos…
Zas, zas, zas…
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