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lunes, 3 de febrero de 2014

Rovaniemi150. Finlandia. La cuenta atrás comienza. El "coach".

Con una canción que retumba en mi corazón, cual tambor enfurecido y salvaje, comienzo esta entrada en mi blog agradeciendo a mi entrenador todo su enorme trabajo:

“Una brisa que apareció sin prisa alguna, bajo una luna que se encarga de ser cuna y como ola que nunca llega sola… “

Así nació toda esta aventura nevada hace dos años..., haciendo crecer una fuerte amistad y una forma común de sentir el deporte y el esfuerzo personal.

Dos años en los que me he divertido y sufrido, en los que los avatares de la vida me han retado minuto a minuto hasta límites que físicamente no he podido controlar en muchas ocasiones  y que han llevado a mi mente incluso hasta el colapso y a mi alma a horizontes lejanos y apasionantes.

A catorce días de la Rovaniemi150, les presento a uno de los pilares de esta aventura: mi entrenador, mi sombra alargada. Para muchos el “hombre invisible”.

No escribiré demasiado de él por respetar su decisión de ser  “sombra”, mi sombra.

Y no por estar exactamente detrás de mi…

Le llamo “mi sombra alargada” porque lo persigo a él que siempre está delante, anteponiéndose a todo, en zancadas y cuidados.

No quiero comenzar mi “cuenta atrás” sin agradecer “públicamente” su gran labor como profesional, arriesgándose con cada uno de sus “experimentos” a la hora de planificar algo tan complicado como lo es el comienzo de mi temporada 2014: dos pruebas casi “antagónicas” para organizar un plan “cuerdo”.

En dos semanas…dos carreras de más de 100 kms,  siendo una con arrastre y otra con gran desnivel..., y yo..., una deportista popular.

La responsabilidad que lleva en su mochila es grande y, a pesar de que la decisión “loca” de mis competiciones las he impuesto yo, sé que ha puesto todo su saber en poder preparar un entrenamiento adecuado a mi realidad laboral y familiar para poder terminar las dos pruebas, el objetivo final.

Sin él todo hubiese sido más complicado y mucho menos divertido.

Sé que está nervioso. Él competirá también en Finlandia.

Pero gran parte de sus nervios son debidos a sus ansias por verme atravesar la meta de mis sueños.

Eso dice mucho de él.

Desde aquí, le digo una cosa:

El trabajo está hecho. Solo me falta disfrutar a pie de carrera, de los frutos del esfuerzo realizado desde hace meses.

Mis sueños ya están cumplidos.

Solo falta..., atravesar el horizonte.

¿Lo conseguiremos?

Eso..., ya poco importa (o no…)

(Un inciso: el horizonte siempre estará ahí, logre o no llegar esta vez)

Gracias “coach”.

Gracias.

Avancemos un poco más.


                   

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