Lunes 10 de febrero, a cuarenta y ocho horas de emprender el viaje
hacia el territorio helado.
Esas molestias continúan ahí pero
el siempre increíble diagnóstico de uno de mis fisios preferidos, han hecho que
rectificase el lugar de anclaje del pulka al arnés y..., mis dolores se han
atenuado aliviándome considerablemente.
¡Qué pena no poder acudir más a
menudo a estos profesionales! ¡Y yo toda la temporada “sufriendo”, creyendo que
todo era culpa de mi falta de fuerza y
mi poca flexibilidad!
A cinco días de salir corriendo
dando una vuelta por Rovaniemi (una vuelta larga, eso sí), casi todo está
preparado.
Últimas costuras, últimas
compras, algún que otro imprevisto debido a la previsión meteorológica, y últimos entrenamientos.
Dejarlo todo organizado en el
trabajo, en casa, en el pulka…
La maleta….
La marcha atrás continua su
curso.
... Tic, tac..., tic, tac…
Han desaparecido las dudas y los
miedos.
Ahora solo quiero volar y
disfrutar de los instantes.
Aunque no haga el frío que
deseaba, aunque la tormenta no arrecie, aunque nieve y aunque el pulka pese mucho más de lo entrenado…
...Nada
de eso me importa ya.
Estaré en Rovaniemi y recorreré 150 kilómetros gozando.
El sufrimiento, los dolores y la
fatiga me acompañarán en algún tramo, eso seguro, pero ninguno podrá hacerme
desistir de mi intento de avanzar.
Que me lesionen si quieren. Solo
así pararé.
Pero el disfrute nadie me lo
podrá arrebatar si yo no quiero.
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