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lunes, 16 de diciembre de 2013

Persiguiendo mi horizonte

 Allá a donde vaya…lo veo, lo huelo, lo siento.

¡Maldita línea inalcanzable!

Para acercarse .., un mundo de esfuerzos y frustraciones.

Para sentirlo cerca.., un universo de pensamientos imaginarios.

Cuando lo tienes.., se te escurre entre las manos y,en un suspiro, se vuelve a colocar en tu punto de mira..., lejos, para crear un nuevo mundo.., una nueva perspectiva.., de una misma línea…

¿Por qué entonces lo persigo?

Sé que quizás logre atraparlo pronto.., pero ¿servirá de algo?

Tengo la certeza de que estaré con él unas pocas horas y volverá a marcharse…

Muchos meses de trabajo..., para unas horas.

¿Mejor pararse y mirar hacia otro lado?

¿Vale la pena sudar tanto?

¿Vale la pena?

Mi horizonte ahora mismo se encuentra en un espacio helado y, unas horas más tarde, estará a 40 grados más y a más altura.., para después marcharse lejos de nuevo y continuar subiendo mucho.., mucho…

Mi horizonte.., ese trazo de mis vidas todas.

Avanzo hacia ti.

Paso a paso.

¿Puedes verme ya?

Yo a ti, sí.

Cuento los días.

Y cada vez son menos…

            
                   
        

martes, 10 de diciembre de 2013

El reloj del corredor

Una pregunta lanzo al aire, a modo de reflexión, después de un fin de semana donde muchos amigos y yo misma, hemos participado en eventos deportivos relacionados con la carrera a pie.
¿Corremos para ser más rápidos?

Nervios antes de salir, vigilancia del reloj en carrera y sonrisa más amplia si has rebajado el tiempo que tu mente esperaba al cruzar la meta.
¿De verdad que corremos para ser más rápidos?

Yo me pregunto mil veces la razón de darle tanta importancia a este detalle.
Tengo claro que si quieres lograr podio tendrás que serlo sí o sí.., pero si somos corredores populares, si corremos por el disfrute de practicar un deporte y compartirlo.., no entiendo las frustraciones y la “pena” por no haber conseguido ser más veloz…
El reloj…
Corremos como vía de escape y relax y.., ¡mira!
El domingo , curiosamente, varios compañeros se sorprendían porque yo no llevaba nada en la muñeca que controlase el ritmo de mis zancadas…
Y no es que no lo lleve normalmente, siempre lo llevo.
Excepto el otro día.
Igualmente, varios compañeros se sorprendían porque me veían parada en los avituallamientos, abrazando a amigos que me encontraba por el camino y corriendo relajada…(a pesar de que es algo que siempre hago). 
El domingo corrí 42 kms sin darme cuenta, en un tiempo increíble para mí y en una distancia y un terreno tabú desde hacía mucho tiempo.
¡Y curiosamente esa marca es terriblemente mala! (o eso me decían los que creen que soy una monstruo de las carreras...)

¿Dónde he hecho yo una marca buena en una de mis competiciones?
¿Por qué supone la gente..., lo que para mí es impensable?
¡Debería haber hecho una hora menos!
Ja,ja,ja...
¿Y por qué tengo que correr así?
¿Quien lo dicta?
¿Cómo se puede comparar un corredor de élite con uno popular?
¿Por qué castigamos a la mente comparando nuestros tiempos con los de delante?
¿Ellos entrenan igual que nosotros? ¿Tienen los mismos objetivos? ¿La misma vida?
Yo.., no tengo ganas de llegar antes que otros y sí ganas de llegar lejos, hacia los horizontes que elija.

Y les contaré un secreto:
La maravillosa sorpresa fue haber hecho un "horroroso" tiempo para casi todos que me comparan con "no sé quién", porque en mi afán de cumplir a raja tabla mi entreno del domingo e ir relajada y tranquila en mi ritmo, bajé de las cuatro horas…
Y eso es haber cumplido un sueño que estaba ahí y que todavía no esperaba cumplir.
El domingo corrí una maratón en asfalto en mi tiempo soñado.
Y nadie y nada podrá decirme que el cronómetro marcó un tiempo lento.
Ha sido el mejor ritmo de mi vida.
Los minutos, segundos y centésimas de los demás me importan bien poco (y sí me alegran mucho).
Cada persona se buscará la meta que necesite...
Y la mía la tengo clara.


jueves, 5 de diciembre de 2013

Diciembre

Me siento.

Ante mí una pantalla.

Un correo por leer:

Mis entrenamientos de diciembre.

A poco más de dos meses de la Rovaniemi y a tres de la Transgrancanaria.

Sé que toca volumen al por mayor.

Ahora sí.

Llegó el momento.

Un momento que se alargará, más o menos, 50 días…

Y las Navidades por medio, sumado a una temporada fuerte de trabajo.

Difícil.

Interesante.

Click.

Aquí lo tengo.

Mi tabla mensual de entrenamientos.

¡Guauuu!

Ya con la primera semana.., ¡me sobra!

¡Y por primera vez comenzaré a doblar entrenos!

¡Me gusta!

Ja, ja,ja.

Además este domingo corro mi primera maratón por asfalto, después de unos días de arrastre y volumen considerable.., y lean las palabras textuales de mi entrenador:

“He dado por hecho que la maratón es un entrenamiento en toda regla, de manera que no hacemos disminución de volumen, ni descarga de hidratos, ni regeneración importante posterior. Como ya te dije hoy, vamos muy ajustados de tiempo de cara a la cita blanca, por lo que no podemos "perder" tiempo en ese sentido (ni tampoco pasarnos de vueltas...)

Ja , ja, ja…

¡Qué trabajito tienen los entrenadores!

¡Qué responsabilidad!

Entrenador…

Prometo correr la Maratón de Lanzarote como si fuese un entrenamiento (más bien un paseo..., porque  después de arrastrar el trineo la noche anterior.., pues.., no sé qué ganas tendrá mi cuerpo de correr …). 

Prometo no hacer disminución de volumen, ni descarga de hidratos, ni “regenerarme” posteriormente…

Afinaremos toda esta locura lo máximo posible para aplacar los nervios que ya afloran e intentaremos que este cuerpecito mío aguante las “embestidas” del pulka, del neumático, de la arena, del trabajo y de todas las fiestas que se avecinan…

Click.

Le doy la espalda a la pantalla.

Me respaldo en la silla.

Cierro los ojos.

Visualizo el mes de diciembre sobre esa tabla.

Mi corazón se acelera.

Mis manos tiemblan.

Guardo mis miedos.

Suspiro.

Respiro.

Me levanto.

Vamos allá…

Toca trabajar.

        

jueves, 28 de noviembre de 2013

Sí, quiero. Nuevo sponsor temporada 2014.

Una charla sin compromiso.
Una mirada escuchando la explicación de mis sueños.
Esa mirada y un objetivo muy claro: la ilusión mueve mis piernas, o sea, mi ilusión y yo.
Es curiosa la imagen que tenemos de un patrocinador pensando siempre que hay “gato encerrado” y creyéndote más un producto que una persona…
Ese concepto previo con el que comencé la reunión y que se diluyó tras esa charla.
Desde un principio pensé que no era posible que una marca se interesase por alguien como yo..., sin un amplio palmarés, sin tiempos “decentes” en los rankings, siendo “nadie” en el mundo de las competiciones, participando en muy pocas carreras oficiales al año…
En realidad, jamás me he planteado que mi “ilusión” y mi manera de vivir el deporte interesase lo más mínimo a alguien.
Comencé a escribir el blog para que “mi gente” siguiese, el año pasado, mi aventura de atravesar Finlandia esquiando (cuando yo jamás había pisado la nieve) y que me acompañase en mi proceso de perseguir un sueño.
Quise “matar” la página una vez finalizada la prueba y..., no me dejaron…
Mis letras se me habían escapado de las manos y habían dejado de ser “íntimas y familiares” para convertirse en “públicas y amistosas”.
Y no pude…
Continué escribiendo y plasmando sentires en la web.
Ahora, de nuevo en el teclado, la perspectiva de mis sueños da un nuevo giro interesando a una marca…
A ellos les da igual el tiempo que haga.
No les interesa lo más mínimo mis resultados.
Solo quieren acompañarme en mis sueños, haciéndolos algo “más fáciles”.
Sin duda es una relación comercial, eso lo tengo claro.
Pero lo es para ellos y para mí igualmente.
Eso sí, continúo siendo Susana.
No hay presión de ninguna clase.
Solo escucha y apoyo.
¿Se puede pedir más?
A partir de ahora, soñar con la temporada 2014, será igual de difícil y arriesgada, pero mucho más llevadera logísticamente hablando.
Será un honor “zanquear” juntos ya que el trabajo, la ilusión y la promoción del deporte, serán el  hilo conductor de este nuevo  proyecto juntos…
Les presento oficialmente a la marca que se ha ilusionado conmigo.
Bienvenido a mi vida Sands Beach Active.
Gracias por estar.







domingo, 17 de noviembre de 2013

Atravesando la meta a 24 kms de ella

Una idea: Tenerife-Teide-100 kms
Un resultado: Tenerife-Refugio del Teide-76 kms.
Una crónica:
A 24 kms de los 100, a cero metros de una decisión serena y lógica.
Mi cuerpo dijo no desde el km doce: vómitos, caída, deshidratación, mal de altura, falta de descanso (más de 35 horas sin dormir), sin apenas comer... 
Todo un poema de despropósitos.
Toda una cadena de señales no atendidas debido a mi estado "zombie" en el que me encontré.
Una experiencia:
Mi cuerpo y mente estaban dispuestos a pasar un fin de semana entre amigos haciendo lo que más me apetecía hacer: disfrutar corriendo.
Una lección:
La montaña, el medio donde zanqueo, me ha abofeteado y puesto en mi lugar. Esta vez no. No ha querido aceptar mis ganas, ni mi coraje. 
De nada ha servido mi estado de forma.
De nada ha valido el saber que llegar a la meta establecida no hubiese sido difícil.., o sí.., no sé.
Una decisión:
Al intentar hacer cumbre en el Teide, a seiscientos metros, paré. Hasta aquí. No subiría más. No era dueña de mi cuerpo. La altura me estaba avisando que la hipotermia, junto a los contínuos mareos y dolor de cabeza, eran síntomas claros para parar. No era seguro continuar. Descendía. Km 67.
Al intentar beber y comer algo, en el siguiente avituallamiento, km 76, mi cuerpo no quería ingerir nada. Faltaban apenas 24 kms en descenso y por asfalto. Y dije no. Hasta aquí.
Una sensación:
Calma, tranquilidad...
He hecho lo que he creído correcto. 
Un sueño:
En apenas tres meses correré la Rovaniemi y la suma de mis experiencias harán que tenga más recursos para disfrutarla como a mi me gusta: sintiéndola fuerte.

Cierro el primer capítulo de esta temporada con un claro "subrayado": corro hasta donde quiero, cualquier zancada de más.., no tendría ningún sentido.

           


martes, 12 de noviembre de 2013

Delante: la duda.

¡Caramba!

Se hace, se entrena, se complica, se piensa…

¡Uff!

Se camina, se arrastra, se dificulta, se hace…

¡La leche!

Se corre, se suda, se vence, se entrena…

¡No!

Se tiembla, se arranca, se suspira, se complica…

¡Ahora!

Se suspira, se estruja, se avanza, se piensa…

...

¿Haré lo que me he planteado esta temporada?

¿Entreno lo suficiente para ello?

¿Las complicaciones serán monstruos vencidos?

¿Me lo he pensado bien?

¿Vale la pena luchar por un objetivo?

¿Se analiza fríamente la posibilidad real de conseguir un sueño?

¿Cuánto es mucho y cuándo no te esfuerzas lo necesario?

Vaya…

Aquí he llegado.

A las puertas de comenzar con los objetivos soñados, tras meses de esfuerzos y a la espera de dos de los meses más duros de mi vida (y los más duros deportivamente hablando).

Sin haber entrenado específicamente para el primero (cruzar Tenerife subiendo al Teide), y con dudas por no saber si la recuperación será lenta o rápida, con el peligro de tener la Rovaniemi 150 a las puertas y con todo el volumen por hacer…

...

¡Cuánto miedo!

Y ahora, conociendo y teniendo claro los monstruos que me acechan, cierro los ojos e intento tranquilizarme.

No hay objetivos sin dudas ni esfuerzo.

Lo que quieres..., lo sufres.

Hay que sufrirlo.

Tengo que sufrirlo.

Y en esa agonía, propia de la vida en sí, abro los ojos mirando hacia el horizonte y sonrío.

Sonrío porque así me enfrentaré a los cientos de kilómetros por recorrer.

Quiero...Creo...Lo intento.

Y en el intento soy feliz.

…No corro por otra cosa.


      


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Juego de niños

Desde hace unas semanas tengo una extraña sensación cada vez que salgo a entrenar.

No es mi mejoría considerable en mi estado físico.

Ni mis tiempos en carrera que se han tornado más cómodos a velocidades superiores a las acostumbradas.

No es el cambio de estación con temperaturas frescas y tiempo muy variable.

Ni mis días de regeneración muscular preparándome para mi intento de correr muy largo y alto en Tenerife en dos semanas.

No es mi ilusión al acercarme cada vez más a mi horizonte.

Desde hace unas semanas tengo una sensación nueva recorriendo mi cuerpo cada vez que embisto un entrenamiento.

Aparece sin más, como si estuviese acoplada a mis zapatillas y se desprendiese a la primera zancada.

Y no es una sensación desconocida, no. Pero hacía tanto tiempo que no la vivía que.., no la creía como una posibilidad.

Desde hace unos cuantos entrenamientos.., he vuelto a sentirme niña.

Esa niña que soñaba con ser olímpica.., encestando la canasta definitiva que nos diese una medalla. Esa niña que pasaba horas y horas intentando batir su propio récord de "cualquier cosa" encumbrada en un mundo de intentos e ilusiones.

Esa niña que ya es adulta y que ha vuelto a sentir que juega en sus ratos libres...

Juego a ser baqueta golpeando la montaña en cada bajada "pa, pa ,pa-pa, pa". Golpes que emiten sonidos que convierto en música en cada choque de mis pies contra el suelo...

Juego a ser caballo arrastrando diligencia mientras tiro del pulka y escapo de los forajidos para poder llevar el correo a su destino...

Juego a ser la aventurera más tozuda en la expedición más dura, mientras levanto pesas y trabajo a lo bestia entre cargas y máquinas...

Juego a ser conquistadora en la proa de cualquier cima, observando mi reino hasta el horizonte...

Juego. Juegos.

Y cuando apago el pulsómetro, freno mi zancada y respiro.., todo se termina...no más chispa en mis ojos, ni más fuego en mi corazón.

Dejo mi mundo de ensueño hasta el próximo entrenamiento.

¿Seré náufrago rescatado por sirenas?

¿O india subiendo a la cumbre en busca del águila dorada?

Quien sabe...

Eso sí, de una cosa estoy segura: será divertido.


       

lunes, 21 de octubre de 2013

Sentada

¿Qué es lo que te hace seguir?
¿Qué es lo que te hace continuar cuando la duda te acecha y la “malagana” te puede?
¿Cuánto de fácil es salir de un estado de ánimo no propicio para poder continuar con la lucha por tu objetivo?
Me siento.
Me calzo las zapatillas.
Salgo de casa.
Camino hacia la montaña pensando, respirando.
En la ladera me paro.
Me siento.
Siento.
Miro mi horizonte lejano, ese que tanto me relaja, ese que tanto me hace sentir.
El horizonte que lo mueve todo en mi vida estando ahí, tan lejos, sin moverse ni un centímetro.
Respiro.
¿Por qué luchar de esta forma por algo tan poco trascendental para los que me rodean?
¿Por qué tengo que esforzarme tanto y trabajarlo tan duro?
Quizás ustedes no me entiendan…quizás crean que lo duro es el entrenar, el hacer series, el arrastrar un trineo, el levantar cargas, el correr y correr…
Lo duro, para mí, es plantearme un objetivo (ese que me hace hervir el estómago y chispear el corazón) y meterlo en la vida de una, en la rutina, equilibrándolo con ella sin desatender todo el resto de mi existencia.
Siento sentada, mirando la línea que dirige mi vida.
Me enfrento a muchas sensaciones: unas malas, otras buenas, unas bien resueltas, otras fatalmente dirigidas, las hay que me hacer sonreír, las hay que me hacen llorar…
Todas ellas son parte de un juego: vivir.
El desenlace se hace complicado adivinarlo.
Eso sí, la lucha es la que es.
Continuaré en la batalla.
¿Y quién no?
No se puede dar marcha atrás.
Cuando uno decide, avanza.
Respiro.
Me levanto.
Observo mi horizonte.

….Y continúo dirigiéndome hacia él....






viernes, 18 de octubre de 2013

Cuesta.., la cuesta

Cuesta arriba. Subo.

Cinco series. Mucha inclinación.

La noche.

El cansancio acumulado de un día largo.

La primera. 

Arriba. 

Vamos.

(¡qué bien estaría en otro lugar!)

La segunda. 

Arriba.

 Vaamos.

(¡y me quedan tres más como ésta! ¡Nooo! ¿Quién me mandaría a mi?)

La tercera. 

Arriba. 

Vaaamos.

(¡venga Susana! ¡Quedan dos más y la que ahora corres! ¡Está casi hecho! ¡Sólo dos más!)

La cuarta.

Arriba.

 Vaaaamos.

(¡ya está! Una más.., una más...Hasta se ha hecho corto...¡Démosle caña a las piernas! ¡Guau! ¡Dueleee!)

La quinta.

 Arriba. 

Vaaaaamos.

(¡qué bueno! ¡A por la última! ¡A tope! ¡A muerte! ¡Puedo, puedo, dale,daleeee!

...

Fin.

El temido entrenamiento ha llegado a su fin.

Se acabó.

Todo se olvida hasta mañana, hasta la próxima vez, donde si no hay cuestas, habrá arrastre, o carga, o gimnasio, o series en llano..., o ir al super, a los recados, al trabajo, y qué sé yo...

No importa.

Todo en la vida pasa por muchos estados de ánimo y estados físicos.

Por ello.., mis entrenos en cuesta.., cuestan menos desde que sé que no hay cuesta en el mundo.., que no tenga fin.

¡Arribaaaaaaa!


miércoles, 9 de octubre de 2013

101

Un mes. Falta exactamente un mes.
Mi primer intento de cruzar la barrera de los 100 kms sin paradas.
Nada más y nada menos que subiendo al Teide.
Por circunstancias de entreno y con la seguridad (por mi velocidad en carrera) de no llegar a los exigentes tiempos de corte de la Bluetrail sin un entreno más específico para ello, he pospuesto mis ganas ,aplazándolas un mes más.
Llegaré al aeropuerto un viernes noche de noviembre y no esperaré para correr mucho en largo y así volver el domingo al mediodía con 100 kms de más en mis piernas.
Me gusta mucho ilusionarme así, sin tener que planteármelo como objetivo de temporada.
Sin presión extra y tomándomelo como una escapada de fin de semana.
Una escapada con mucho desnivel...pero apasionante al fin y al cabo.
Comienza un año muy ambicioso, quizás apuntando muy alto, no lo sé.
Y si les soy sincera, no me importa.
Sólo hago lo que me apetece. Lo que me pone los pelos de punta con sólo pensarlo.

Tenerife. Voy.
Rovaniemi. Inscrita.
Transgrancanaria....iré.
Lavaredo ...la guinda.

Por el momento todo marcha según el plan.
Nada en la vida es estricto y rígido, podré cambiar de forma de hacerlo, pero he soñado con cuatro gigantes y a los cuatro me enfrentaré.

El quince de noviembre, el Teide y su isla.., me esperan.





martes, 8 de octubre de 2013

Entre hilos

Ok.
Vamos allá…
Cada uno con su vida, muchas vidas para una.
Enlaza Susana, enlaza.
Entrenas, hoy entrenas (¿y cuándo no?)…
A ver..., tiro del hilo e intento tejer relación de compañía con mi compañero de batallas, relación de guerreros en las cuestas, levantando pesas, de risas y piques, de esfuerzo, sudor y lágrimas.
Letras y palabras que se entrelazan para sumar dos durante un rato. ¿Te vienes?
Vamos a ver.., tira del hilo e intenta mover ficha para que su agenda familiar sea un puzzle perfecto que le permita compañía a él para entrenar sin desatender  trabajo, familia, hogar…
Parece que el hilo no se enreda…sigo tirando…
Tiro, tiro, y en mi casa todo parece en su sitio.., todo atendido, aunque nunca es suficiente, de hecho el hilo está haciéndose fino ya que es complicado tirar tanto del hilo sin sufrir alguna consecuencia (buena o mala).
¡Oye! (tensión repentina en el hilo) ¿Qué pasa? ¿No vienes? ¿Te has olvidado de mí?
(¡Vaya ese café prometido!)
Tiro, tiro del hilo volviendo hacia atrás, esquivo un nudo de fácil arreglo por la flexibilidad y la comprensión en mi casa (gracias). Vuelvo a tirar tensando y encontrando enredo de difícil solución…
Ahora mi compañero de fatigas se enreda al no poder tirar de su hilo y coserlo con el mío…
Incompatible café con entreno en compañía…
¿Qué dejo?
¿Hola? ¿Quién eres? ¡Ah! ¡Hooola! ¿Qué? ¿Qué? ¡Noooo!
Lío total…
Hilos enredados, el mío con el de otros… ¿Un cine? Ja, ja, ja. ¿Adultos o infantil? Ja ,ja, ja…
A ver, miro el hilo entre mis manos….
¿Que si  cine o cena? ¿De copas o concierto? ¿Comida con colegas? ¿Nos vemos en la reunión de padres?
A ver, miro el hilo entre mis manos…
Ahora es maraña…
Un relío…
Del cual… me río…
¿Mi vida?
¿Vidas entrelazadas?
Tejer.., hilar fino…
Muchas horas para entreno, muchas que dedicar a los tuyos, muchas a tus responsabilidades…
Yo…tengo clara una sola cosa.
Entre hilo e hilo, lío y lío…
Lío asegurado…
¿Vivir?
Apasionante labor.
¿Salir vivo de ello?
Imposible misión…
¡Siempre terminarás muerto!

Ja, ja, ja…


viernes, 4 de octubre de 2013

Otra vez, el frío me hiela la sangre.

Con la cabeza agachada, levanto la mirada poco a poco, miro de frente al mundo, con los ojos fijos en el horizonte.
Seria. Callada. Así soy yo.
Avanzo un paso y golpeo el suelo fuerte, con rabia, destrozando fibras musculares, haciendo vibrar el camino.
Taladro mí objetivo con el visor. Sin miramientos. Directamente al blanco.
Seria, arrugando el entrecejo, rugiendo.
Corro, corro, corro hasta no poder más, concentrando mis músculos para que cumplan su cometido, ajustando mi cabeza para poder soportar el agotamiento, soltando el corazón por la boca y jadeando cual impala huyendo de su depredador.
Seria, agónica, soltando lastre, energías que no quiero.
Mi destino lo marcan mis pasos.
Los pasos los dirijo yo.
No sé muy bien a dónde me llevarán, pero eso no importa.
Dejo huella en  el camino.
Cada huella servirá para saber que he pasado por ahí, quizás para ayudar a alguien que necesita seguir un rastro, o no perderse.., o acompañarme..., o vigilarme y protegerme…
La dejaré bien marcada.
Necesito saber que será posible regresar del horizonte.
Y si no puedo.., será porque seguiré avanzando más allá.
En mi mochila, como material obligatorio para mi próximo viaje he metido: pasión, ganas, fuerza, lágrimas, dolor, ofuscamiento, gritos, silencios, agonía, alegría, extenuación, sudor, esfuerzo, abatimiento, cansancio,risas,  llanto, soledad, asombro y dudas.., todas las del mundo.
Huele a frío.
Huele a nieve.
Finlandia, Laponia, Rovaniemi.
Desde el caliente interior de una habitación de hotel observaré que al otro lado de la ventana, reina un mundo a menos veinticinco grados y ciento cincuenta kilómetros que recorrer.




martes, 1 de octubre de 2013

Mis puntos débiles

A menudo me preguntan por mi forma de vivir...
Puedo ver claramente sus caras expectantes haciéndome esa pregunta que les inquieta: 
¿Cómo eres capaz de hacer todo lo que haces teniendo familia y trabajo?
Y esta pregunta viene con una respuesta que ellos mismos me dan:"es que, claro, eres una mujer Díez, una campeona, de otra especie..."
...
Normalmente contesto lo mismo y sin liarme demasiado en la contestación ya que creo, sinceramente, que necesitan más su propia respuesta que la mía...
...
Es cierto que el día se me hace corto.., pero ¿a quién no?
Es cierto que entreno duro, por encima de la media normal, por debajo de la media de los deportistas de nivel aceptable.
Es cierto que tengo que atender a una familia, un trabajo, unos amigos, un hogar, una nevera...
Es cierto que tengo que tener mucha fuerza de voluntad para plantearme objetivos personales "arriesgados".
Pero de ahí a ser de otra especie.., pues no me parece acertado.

Les contaré el secreto de esta embajadora en la tierra de esa tribu de gente paranormal...
Cuando me preguntan dónde flaqueo, qué es lo que llevo peor, cuál es mi punto débil yo respondo:
Fallo en todos, mis puntos débiles son...todos...
Es imposible hacer todo lo que hago y hacerlo bien, incluso me atrevería a decir "algo bien"...
En realidad, ¿cómo ser una madre perfecta cuando cada vez que salgo a entrenar dejo cosas y deberes por hacer, marchándome siempre con el corazón encogido...y cuando regreso estoy tan cansada que sólo quiero tumbarme mientras mi hija me reclama atenciones?
En realidad, ¿cómo ser la pareja perfecta cuando, con suerte, puedo dedicarle media hora diaria de tranquilidad .., sin estar enredados en las obligaciones de la rutina diaria?
En realidad.., ¿cómo atender a mi familia, mis hermanas, mis padres, mi gente.., si no tengo tiempo ni para sentarme con ellos a respirar?
En realidad, ¿cómo no dejar desatendidos a mis amigos si mi único hueco disponible es el que tengo que buscar dejando todo lo demás desabastecido?

Una se esfuerza, se levanta todas las mañanas y..., a los cinco minutos ya he tenido que dejar de hacer algo para poder cubrir otra necesidad que surge sobre la marcha porque ayer no la resolví...uniforme sin planchar.., perro ladrando suplicando paseo..., hija pidiendo desayuno mientras yo busco esa pieza de fruta inexistente por no haber ido al super....

Esa soy yo...una mujer de otra especie..., una especie muy pero que muy normal...con enormes fallos, y muchas responsabilidades...

Eso sí.., tengo un secreto.., un punto fuerte a mi favor (o eso creo yo):
Jamás dejaré de intentar ser la mejor madre para mi hija, la mejor esposa, la mejor amiga...
Jamás diré que no a la posibilidad de rozar, aunque sea sólo eso..., mi horizonte.., mi tesoro..., el sustento de mi alma.
Y eso...soñar...intentarlo....me hace feliz y me da fuerzas para seguir luchando...
No seré yo quien cierre puertas a la vida. 
Yo soy de las que abro.., y paso. 
Siempre paso.


miércoles, 25 de septiembre de 2013

Horas de gym

Gotas de sudor recorren mi cuerpo, sin control y a velocidad de multa por exceso de rapidez.
Una toalla se hace poco, necesito dos.
Litros de agua se escapan de mi cuerpo mientras intento reponer para no desfallecer: agua, sales, geles, proteína…
Muchas repeticiones y muchísimo peso, casi el triple que hace unos meses.
Mis guantes no soportan la presión dejando callos en mis manos. 
Puedo estrujarme más.
Siempre puedo.
Siempre se puede.
Es desesperante.
Cuando ya piensas que has llegado a la extenuación…, siempre queda…, un poquito más…
¡¿Por qué?!
¡Noooo!
Me concentro, sudo, suspiro, jadeo, grito.., me levanto y mi musculatura falla, no puede caminar debido al esfuerzo realizado… y…nunca es suficiente.
Nunca habré “levantado” lo que uno realmente puede….
Y cuando apenas puedes avanzar, me agarro a dónde puedo.., y me dirijo hacia la cinta… a correr a la máxima velocidad durante un minuto y medio…
No puedo caminar decentemente, ¡pero puedo correr! ¡Y correr rápido!.
Me desespera…
Salgo siempre con ganas de llorar de cada ejercicio, de cada bloque realizado…
Nunca es suficiente, a pesar del auténtico esfuerzo que realizo…
Me amarga esa sensación.
Aunque ya no ocurrirá más.
No esta temporada.
He terminado con este tipo de sesiones de gimnasio.
Habrá más.., pero serán diferentes.
Atrás quedan los agónicos jadeos y el temblor de piernas en las últimas diez repeticiones de cada una de las series.
Atrás quedarán los ojos cerrados de concentración, la vena hinchada a más no poder, la pasión por llegar a terminar la macro serie, las ganas de gritar, de llorar, de hundirme en el mar y enfriar mis músculos ardiendo.
Cierro esta etapa con pena. No me gusta terminar. Me encanta el camino. La meta no demasiado…
Por mi ventana se asoma un mundo nuevo, con nuevas experiencias…
Quizás sean menos pasionales, o quizás me equivoque y me apasionen tanto o más que lo que he recorrido hasta el momento.
Vamos a por ello.
Ahora, todo el trabajo dentro de cuatro paredes tendrá que enfrentarse a la libertad en el espacio, a las cuestas, a la carga, a subir, a arrastrar y a seguir sudando…
Se avecina una tormenta.
Espero estar preparada.
Y.., por muy duro que parezca todo.., por muy negro que vea el objetivo final, sea cual sea, siempre, siempre, se puede continuar y avanzar…
Siempre


lunes, 23 de septiembre de 2013

En blanco

En la cocina....
Primer paso: ¡qué hago para comer?
Segundo paso: ¿qué tengo en la nevera?
Tercer paso: ¿me apetece?
Cuarto paso: ¿me lo comeré?
Quinto paso: ¿cómo lo haré? ¿Saldrá sabroso?

En los retos...
Primera pregunta: ¿qué corro?
Segunda pregunta: ¿tengo cuerpo y mente?
Tercera pregunta: ¿me ruge el corazón al pensar en ello?
Cuarta pregunta: ¿hay una posibilidad?
Quinta pregunta: No tengo más preguntas, hasta la cuarta.., suficiente.
Comer, correr…
Volar, arrastrarse…
Gritar, callarse…
Todo sirve si uno lo que quiere es hacer…
Rovaniemi 150 kms.
Veinte grados bajo cero.
Nieve.
Carrera a pie arrastrando un trineo.
Hacer…
Comienzan los meses de preparación específica para la prueba.
Ya mi cuerpo lo sabe, llevo cinco meses haciéndoselo entender.
Y me ha dicho que  sí.., que aguantará como sea la caña que le tocará sufrir a partir de ahora.
A partir de esta semana.., si alguien ve a alguien extraño arrastrando un trineo sin nieve alguna…
Que sepan que quizás.., sea yo.







miércoles, 11 de septiembre de 2013

Silencios

Silencio...
Todos duermen, todos...
Hasta la luna lleva rato con ganas de echarse un rato a descansar y dejarle su trabajo a las estrellas...
Una casa ausente de movimiento, excepto en una habitación...
En el suelo, con cara de cansancio , me encuentro yo.., terminando la jornada: estirando y haciendo abdominales.., un auténtico suplicio para mi.
No soporto esta parte indispensable del entrenamiento y siempre he intentado escabullirme haciendo lo mínimo para no romperme en mil pedazos ...
Pero esta temporada de grandes retos no puedo permitirme el lujo de no cuidar los detalles.
Sólo tengo un cuerpo.., y mucho por hacer.

Silencio...
Todos se preguntan por qué tengo que entrenar tanto, todo el mundo...
Hasta el sol lleva días intentando comprenderme.
Un hogar ausente de madre por momentos, excepto cuando regreso...
Y, en el suelo, con el corazón inquieto, me encuentro yo.., terminado el día: reflexionando sobre si le resto demasiado tiempo a los míos ....
Odio esta parte del entrenamiento ya que creo tener la respuesta a esa cuestión.

Silencio...
Todo es complicado cuando la cima es muy alta...
Hasta las nubes saben que rozar esa meta dependerá de decenas de circunstancias favorables...
Un refugio repleto de miedos y dudas.
Y, en el suelo, con la mente cargada de razones, me encuentro yo, terminando mi deambular diario, deseando continuar luchando por lo que me dicta el alma.

Silencio, soledad, horas y más horas dudando y preguntándome si merece la pena tanta lucha...
Silencio ....
Sólo una respuesta ...,la que hace que continúe intentándolo:
No frenes tus sueños. Ellos son un pilar básico para ser feliz.

Silencio amigo, compañero de batallas y de horas y horas de lucha en todos mis retos, te digo que ya  me encuentro en el campo de batalla, luchando como casi siempre.
No es fácil. Pero intentaré salir herida lo justo para comprobar que los sueños están al alcance de quien luche por alcanzarlos.